EL SERMÓN DEL MONTE
Un día Jesús quiso dejar muy claro qué espíritu debía animar a sus discípulos para que pudieran colaborar, eficazmente, en la construcción de un mundo nuevo y feliz. Eligió, para ello, una ocasión en que se habían reunido varios centenares de discípulos en torno suyo. Buscó el lugar más apropiado para hacerse escuchar bien: una pequeña colina.
Lo cuenta así Mateo,
Jesús subió al cerro. Ahí se sentó y sus discípulos se le acercaron. Comenzó a hablar y les enseñaba así:
- Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
- Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
- Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
- Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
- Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
- Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
- Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
(Mt 5, 1-10)
Un día Jesús quiso dejar muy claro qué espíritu debía animar a sus discípulos para que pudieran colaborar, eficazmente, en la construcción de un mundo nuevo y feliz. Eligió, para ello, una ocasión en que se habían reunido varios centenares de discípulos en torno suyo. Buscó el lugar más apropiado para hacerse escuchar bien: una pequeña colina.
Lo cuenta así Mateo,
Jesús subió al cerro. Ahí se sentó y sus discípulos se le acercaron. Comenzó a hablar y les enseñaba así:
- Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
- Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
- Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
- Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
- Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
- Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
- Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
(Mt 5, 1-10)
No fueron, ciertamente, frases propias de un agitador político, ni de un demagogo o fanático de la violencia. Tampoco había lanzado consignas para crear un movimiento subversivo en el país. Acababa de señalar el verdadero espíritu que debe animar todo auténtico cambio social.
Para que los discípulos de Jesús puedan transformar de veras el mundo en una tierra de paz, deberán ser pobres, pacientes, compasivos, amantes de la verdad y de la justicia, fuertes y alegres en las adversidades.
Seguramente los discípulos quedaron sorprendidos por estas enseñanzas que acababan de oír de labios del Maestro. Él los estaba llamando a cambiar radicalmente en su manera de ser y de pensar. En adelante, ya no podrán ser como la mayoría de la gente, cuya meta en la vida es el dinero, el poder y el bienestar material.
Es discípulo de Jesucristo todo aquel que le da su adhesión personal, acoge de veras sus enseñanzas y conforma la propia conducta a sus ejemplos.
EL PAPEL DE LOS DISCÍPULOS
Si alguien pensó que Jesús daría por terminada aquella reunión, después de proclamar las ocho Bienaventuranzas, se equivocó. Su intención era instruir largamente a sus discípulos. Mateo ha recopilado estas instrucciones en los capítulos 5, 6 y 7 de su Evangelio y llevan el nombre de Sermón del Monte.
Les continuó diciendo:
"Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve… Ustedes son la luz del mundo. No se enciende una lámpara para ocultarla, sino para ponerla en un caldero a fin de que alumbre a todos los de la casa. Por eso, que la luz de ustedes brille ante los hombres, para que ellos vean sus buenas obras y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos" (Mt 5, 13-16)
Los discípulos no habían pensado que el Maestro les confiaría a ellos una misión. Creían que su único compromiso con Jesús sería aprender su doctrina. Ahora, en cambio, se dieron cuenta que también les correspondería darla a conocer, y en primer lugar, con su propio ejemplo de vida. ¿No era eso lo que les acababa de decir, al compararlos con la sal y la luz?
JESÚS VIENE A PERFECCIONAR LA ANTIGUA LEY
Lo que más impresionó a aquella multitud fue la autoridad con que Jesús enseñaba. De ninguna manera se limitaba a repetir lo que decían los demás rabinos del país. Jesús hablaba como quien tiene mayor autoridad que todos los antiguos profetas de Israel. Varias veces repite la siguiente expresión:
“Antiguamente se dijo a los antepasados… en cambio, yo le digo…”
Esta manera de enseñar causaba una gran conmoción entre los presentes. Hablaba con tal fuerza y seguridad que nadie se atrevía a rebatirle. Al enseñar Jesús todos sentían la misma impresión: la de estar escuchando a un nuevo Moisés que venía a dar nuevas leyes a su pueblo.
Jesús notó la extrañeza con que muchos lo miraban y escuchaban. Es por eso que exclamó:
"No crean que yo vengo a suprimir la Ley de Moisés o lo que enseñaron los profetas. Al contrario, vengo a llevarlo todo a su perfección." (Mt 5, 17)
Algunos se escandalizaron de la actitud de Jesús que se atrevía a cambiar algunas normas de conducta que los israelitas atribuían directamente a Dios. También hoy en día ocurre lo mismo entre aquellas personas que se escandalizan porque algunos pretenden “cambiar la religión”. No nos olvidemos que el Dios Vivo va conduciendo progresivamente a los seres humanos hacia una mayor madures espiritual y moral. ¿No es normal, entonces, que algunas leyes pierdan su vigencia y den paso a otras, más adecuadas al nuevo período de la historia que nos toca vivir?
En esta línea y con esta intención, el Maestro de Galilea fue puntualizando ciertos cambios:
* A ustedes se les dijo: “no matarán”,
Yo les digo que ni siquiera deben enojarse con el prójimo;
* A ustedes se les dijo: “no cometerán adulterio”,
Yo les digo que no deben aceptar ni un mal pensamiento al respecto;
* A ustedes se les dijo: “ojo por ojo y diente por diente”, es decir, que es lícito vengarse del prójimo,
Yo les digo que no hagan mal al malvado;
* A ustedes se les dijo: “amen a su prójimo y odien a su enemigo”,
Yo les digo “amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores”.
(Mt 5)
Muchos de los que escucharon estas palabras sintieron una profunda alegría. Vieron cómo se les abría por delante un camino nuevo, distinto de aquel que enseñaban los rabinos y fariseos del país. Era un camino abierto al amor y a la fraternidad universal. Al notar Jesús esta reacción positiva en muchos de los presentes, los convidó animadamente a avanzar por el camino de la perfección:
"Sean perfectos ustedes como es perfecto el Padre que está en los cielos" (Mt 5, 48)
Pero no faltaron algunos que se mostraron disgustados, ante las palabras de Jesús, murmurando entre sí: ¿Quién le ha dado autoridad a este hombre para que cambie las leyes dadas por Moisés y por los profetas?...
Poco a poco iban surgiendo los primeros enemigos del Maestro. Éstos no descansarían hasta acallarlo, clavándolo en una cruz…
PARA REFLEXIONAR
+ Lee atentamente las palabras del profeta Ezequiel (capítulo 36, 25-30).
El profeta nos anuncia que habrá paz entre los hombres y pan en abundancia cuando tengamos verdaderamente, un corazón nuevo, libre de pecado.
Nuestros errores e irresponsabilidades son causa del clima de inseguridad, escasez y miseria que muchos padecen. ¿Te has dado cuenta, entonces, por qué es tan importante purificar el corazón?
+ Si tú te esfuerzas, de veras, por vivir según las enseñanzas de Jesucristo, entonces serás buena sal y buena luz en tu medio. La autenticidad de la Fe cristiana constituye un hermoso ejemplo que invita a otros a creer en el Señor y en su Evangelio.
¿Te parece que eres sincero en tu fe? No es fácil responder a esta pregunta, pero, bien vale la pena reflexionar sobre ello.
+ Las palabras de Jesús alegraban a quienes las escuchaban. Él no quería, ni quiere de ninguna manera, imponer pesadas cargas a nadie. Al contrario, señala a sus discípulos un camino de liberación.
Si te ha parecido, alguna vez, que ser cristiano es algo aburrido, pesado, o complicado, ten por seguro que te han enseñado otro camino y no el de Cristo. ¿Por qué suele ocurrir esto?
+ Lee atentamente las palabras del profeta Ezequiel (capítulo 36, 25-30).
El profeta nos anuncia que habrá paz entre los hombres y pan en abundancia cuando tengamos verdaderamente, un corazón nuevo, libre de pecado.
Nuestros errores e irresponsabilidades son causa del clima de inseguridad, escasez y miseria que muchos padecen. ¿Te has dado cuenta, entonces, por qué es tan importante purificar el corazón?
+ Si tú te esfuerzas, de veras, por vivir según las enseñanzas de Jesucristo, entonces serás buena sal y buena luz en tu medio. La autenticidad de la Fe cristiana constituye un hermoso ejemplo que invita a otros a creer en el Señor y en su Evangelio.
¿Te parece que eres sincero en tu fe? No es fácil responder a esta pregunta, pero, bien vale la pena reflexionar sobre ello.
+ Las palabras de Jesús alegraban a quienes las escuchaban. Él no quería, ni quiere de ninguna manera, imponer pesadas cargas a nadie. Al contrario, señala a sus discípulos un camino de liberación.
Si te ha parecido, alguna vez, que ser cristiano es algo aburrido, pesado, o complicado, ten por seguro que te han enseñado otro camino y no el de Cristo. ¿Por qué suele ocurrir esto?